jueves, 1 de septiembre de 2011

La luz del faro
me cegó unos instantes
Lo suficiente para perderte
Te escondiste en la
inmensa oscuridad
entre árboles y maleza
Tuve miedo
Mi corazón acelerado
marcaba ansiedad
Solo tu voz
entre risas
me calmó
Grité
No quería jugar
Y más risas
nacieron en la
Inmensa oscuridad
Me enfadé
Saliste de la negrura
iluminada por el faro
Te acercaste a mí
y me besaste
Pero no eras tú
Era tu conciencia
Tú seguías riéndote en la
Inmensa oscuridad.


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